Las Voces del Silencio.
Por qué se curan los pacientes que se curan. (2016)
Editorial Sudamericana
Autora: María Elisa Mitre
Comenta: Freddy Orellana Bahamondes1
El libro “Las Voces del Silencio. Por qué se curan los pacientes que se curan” no es sólo la posibilidad de entender cómo podría ser posible que las voces silenciosas de los pacientes con algún tipo de enfermedad mental, que habitualmente al comienzo de la intervención terapéutica se escuchan como un inentendible o como una voz absurda que dice cuestiones que nos parecen incoherentes, que nos asustan, pudiesen llegar a ser voces situadas en el propio sí mismo de estos pacientes, que se reconocen en su historia, en sus relaciones al interior de su familia de origen y en el sufrimiento que ha posibilitado que, como dice la autora, “lo más sano dentro de la enfermedad sea hacer un síntoma grave, violento, desestructurador”. Encontrarán en este libro no sólo estás voces del silencio, sino también la voz vivencial, experimentada, argumentada y sensible de la autora: María Elisa Mitre. De hecho, la introducción es el relato personal de la propias terapias de María Elisa que comenzó siendo ella una niña. Menciona las terapias que no resultaron y lo que ella evalúa fue lo que no resultó y la que sí resultó y lo que le parece fue lo que resultó, esta última terapia la describe como un “verdadero proceso terapéutico” con el terapeuta García Badaracco, quien luego se convertiría en su maestro en la vida profesional.
Hablaré ahora con mi voz personal: comenzar el libro me produjo una sensación de agradecimiento; pienso que hay una generosidad importante en que la autora pueda hablar de sí misma presentando primero su propio proceso terapéutico como marco introductorio del contenido desarrollado a posterior. Pienso que es un acto generososo dado que es la posibilidad de compartir. Y en ese compartir, podemos reconocernos unos a otros, ya sea, como dice Stolorow al hablar de los impasses terapéuticos, por conjunción o disyunción, por algo que reconozco en mí o por algo que me resulta muy desconocido y ante lo cual puedo cerrarme o despertar a mi curiosidad. Yo me reconocí en el relato que María Elisa hace de sí misma. Soy un terapeuta con formación sistémica vincular y tengo otra formación psico-corporal reichiana; me reconozco también como formador de terapeutas del Instituto Humaniza Santiago. En este instituto se entrega una formación cuya base es la persona del terapeuta y en la cual me toca acompañar a muchos terapeutas en el camino de reconocerse como terapeutas fracasados de su familia de origen. En esto me identifiqué con el relato inicial de María Elisa, pienso que mi posición de ayudar a otros como psicoterapeuta pasa por reconocer mi lugar en mi familia de origen, para desde ahí profesionalizar una especie de porfía y hacerla vocación, se trata de una posición que ya conocía en mi infancia y mi adolescencia, pero que ahora desarrollo de modo profesional.
El libro en su capítulo inicial, denominado “El Nuevo Paradigma” en el cual la autora plantea el problema de la demonización del llamado enfermo mental , cuestión que ha ocurrido a través de la historia de la humanidad, formula la necesidad de concebirlo, entenderlo desde su propia circunstancia, la que es descrita como la presencia de un sufrimiento intolerable, dado que no posee las herramientas necesarias para enfrentar la realidad. La autora hace la denuncia de salir de la concepción del loco, como alguien que nace así y no puede cambiar, ni evolucionar, siendo una visión descalificatoria que se despliega en la cultura y aún en nuestras profesiones ligadas a la salud mental, que por cierto no son inmunes a la influencia de los prejuicios sociales.
El modelo que María Elisa va describiendo a través de los capítulos del libro es denominado psicoanálisis multifamiliar, que fuera formulado en su origen por García Badaracco y que la autora ha seguido desarrollando hasta la actualidad. Junto con ejemplificar a través de casos clínicos, de un modo sencillo y cercano, va entregando conceptos que van conformando el cuerpo del modelo clínico. Esto es interesante, porque el lector va comprendiendo los conceptos de modo aplicado y con muchas referencias a procesos terapéuticos. Existen en el libro una cantidad importante de descripciones de situaciones clínicas y procesos terapéuticos en cuyo relato se va entregando la argumentación conceptual del psicoanálisis multifamiliar. Yo, como terapeuta, agradecí escuchar la voz de otra terapeuta describiendo su visión clínica de proceso, sus dificultades, sus aciertos y sobre todo el modo como actualmente va comprendiendo el por qué los pacientes se curan y por qué hay otros pacientes que no se curan. Lo agradecí dado que esa combinación de lo vivencial, argumentativo y conceptual, unido a una gran experiencia como psicoterapeuta en este modelo de trabajo, me permitió conocer desde dónde estaba entendiendo y realizando su accionar clínico.
En este punto debo develar algo: tengo una ventaja respecto a muchos colegas chilenos en la comprensión vivencial del modelo de comunidad terapéutica de estructura multifamiliar descrito en el libro. Mi ventaja va por lo multifamiliar. Trataré de ser breve, hace algunos años contactamos en el Instituto Humaniza Santiago a Alfredo Canevaro quien trabajó durante 13 años con García Badaracco, en los años setenta. Alfredo que es argentino y desde hace muchos años vive en Italia, vino a Santiago y realizó un trabajo de genogramas y un taller multifamiliar con varios docentes y directivos del instituto, entre los cuales estaba yo. El trabajo de genograma nos permitió revisitar, reconocer dinámicas, posiciones, historias familiares, tratando de volver a significar y entender más profundamente. El taller multifamiliar remeció a todos los que participamos de él en un contexto de mucha contención y ternura. Todos los que participamos habíamos sido formados como terapeutas familiares y nunca, nunca se había citado a nuestra familia para abordar desde una perspectiva relacional nuestra propia historia. Cuando participé de esta experiencia pude darme cuenta del desperdicio que significa no utilizar el recurso que es la familia de origen para abordar las historias del terapeuta que lo han llevado a constituirse en la persona que es y la gran influencia que ello tiene en su desempeño profesional. Fue tan importante la experiencia que vivimos, que a los seis meses realizamos, con la presencia de Alfredo, una segunda sesión de taller multifamiliar con nuestras familias de origen, sesión en la que se pudieron apreciar cómo lo que había ocurrido en la primera sesión de un modo emotivo y verdadero, había comenzado a operar en los terapeutas y sus familias de un modo potente, con cambios visibles y confirmados por varios de sus integrantes. Mi ventaja al leer el libro es que puedo comprender vivencialmente, me resonó la potencia elaborativa y el proceso de contención grupal que significa el formato grupal multifamiliar, creo que para la experiencia chilena, en que lo grupal es tan difícil de desarrollar y existen cada vez menos experiencias de este tipo en el campo terapéutico, quizás no sea fácil de comprender en su magnitud la importancia que tiene esta posibilidad de trabajo que es un eje estructurante del modelo descrito por María Elisa. Mi esperanza es que el libro permita abrirse a la curiosidad de qué pasaría si comenzamos a trabajar más con las familias, que pasaría si comenzamos a entender los síntomas graves como una consecuencia lógica de una historia familiar, que pasaría si intentamos juntar a las familias y dialogar acerca de lo que les ocurre. En el Instituto actualmente lo hacemos, las familias de nuestros terapeutas se reúnen en un taller multifamiliar a hablar acerca de cómo uno de sus hijos ha elegido la posición de querer ayudar a otros y qué relación tiene ello con la historia familiar, es hermoso e inolvidable para los terapeutas oir a sus padres, sus madres, sus hermanos hablar acerca de este tema y poder elaborar juntos, con un fondo de contención emocional colectiva que permite disolver las tensiones y desactivar las dinámicas destructivas o patológicas que se pudieron vivir en la familia de origen, para ahora poder observarlas y evolucionar de las mismas.
Como verán, luego de la leer este libro puedo recomendarlo para todos aquellos que estén interesados en el ámbito de la salud mental, yo he tenido nuevas y buenas ideas para mis pacientes y sus procesos terapéuticos y también para los terapeutas de los cuales soy formador. Es una producción aportativa en lo técnico, lo vivencial y lo teórico, creo que para la realidad chilena en el ámbito de la salud mental puede permitir hacernos nuevas preguntas y comprender modos diferentes de integrar una perspectiva terapéutica con la incorporación de las familias de origen de nuestros pacientes que atraviesan algún tipo de crisis personal y familiar grave.
1 Este texto corresponde a lo presentado por el docente Freddy Orellana Bahamondes, invitado a comentar el libro en noviembre de 2017 por el Instituto Psiquiátrico Dr. José Horowitz Barak y Serbal Centro Desarrollos Sistémicos.
Programa de Formación 2023
- Diplomado en psicoterapia sistémico – vincular
- Diplomado de Entrenamiento en Supervisión Sistémica – Vincular: Psicoterapia de Niños, Adolescentes y sus Familias.
- Postítulo en Psicoterapia Sistémica Vincular Centrada en el niño, la niña, el/la adolescente y su familia. Versión 2023 – 2024
- Postítulo en Psicoterapia Sistémica Vincular Centrada en el adulto. Santiago, 2023 – 2024