Nota del editor: Esta conferencia la dictó el autor de modo presencial el lunes 13 de enero de 2020 en el seminario internacional organizado por el Instituto Humaniza Santiago denominado: Modelos de Terapia Reparadora de las Consecuencias de Traumas Complejos en Niños, Niñas, Adolescentes y Adultos. La ponencia se presentó en la mesa redonda inaugural: “Crisis social en Chile y su impacto en la niñez y adolescencia”, donde participaron junto a Germán Morales, Jorge Barudy y Elizabeth Lira. Esta mesa se incluyó en el programa como un intento de reflexión acerca de la gran crisis social que vivía y aún vive Chile, al momento de esta publicación, desde el estallido o revuelta social del 18 de octubre de 2019, que fue el punto de inicio de una gran cantidad de eventos sociales y de protestas que lideraron inicial y posteriormente, adolescentes que, ese día, decidieron saltar los torniquetes del metro de Santiago, evadiendo su pago, dado el aumento de 30 pesos en la tarifa.
Germán Morales Farías
Pontificia Universidad Católica de Chile
gpmorale@uc.cl
Antes que nada, agradecer la invitación de Humaniza, y señalar sentirme honrado y emocionado de estar sentado al lado de dos personas que se han destacado por su aporte a los DDHH y la salud mental de nuestro país, como son Jorge Barudy, y Elizabeth Lira.
El título dice notas preliminares, tanto porque lo son como, porque resulta difícil realizar un análisis del contexto actual que cambia constantemente. Por ello, una de las cosas que más me han irritado desde el estallido social del 18/10 ha sido la linealidad de las explicaciones y la cantidad de pitonisos que supuestamente anticipaban secretamente esta crisis social, o perderse en las discusiones detallistas de si ha habido, o no, violaciones sistemáticas de DDHH, si ya basta con que se diga que son masivas y graves en todos los informes existentes (Amnistía, Human Rights Watch, ONU, e INDH).
Comprender la crisis social como obra de agentes extranjeros, el movimiento musical K-Pop, o una invasión alienígena, no merece comentarios serios ni políticos ni académicos ni profesionales que den cuenta de la magnitud de la crisis. Por otro lado, las hipótesis de inmadurez adolescente, envidia y psicopatía o pulsiones irrefrenables como etiología infantil de la crisis que han desarrollado los intelectuales consultados por la Moneda son, al menos, parciales, reduccionistas y/o simples. Afortunadamente hay muchas y muchos que con más recato y humildad han ofrecido ideas preliminares para comprender lo ocurrido utilizando distintas denominaciones.